sábado, 6 de noviembre de 2010

La visita

Ella estaba en su casa muy triste no había quién la consolara. Vino su amiga, su prima, su mamá y nadie pudo hacer que parara de llorar.
Decidieron dejarla sola para ver si así se calmaba poco. De repente sintió el timbre, la verdad ni siquiera tenía ganas de ir, pero se arregló un poco y fue hacia la puerta cuando la abrió vio, que estaba él, ahora en su cara había una gran sonrisa.

Fabiola Pizarro

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