miércoles, 30 de marzo de 2011

Navidad

En este día…
Que se supone especial,
El rumor de gente como zumbido de avispas gigantes
en los centros comerciales y el crujido aserruchante de las tarjetas de crédito
Me enoja, porque veo la mochila de deudas que cargas este día, pero me entristece y me angustia
que a esta Mesa para Todos y Todas, aún no hayas venido.

Porque en mi casa de primavera cálida
La quinta de árboles
Está permanentemente florida
Y a lo largo del paradisíaco jardín
Se encuentra una sencilla y sobria mesa…
Pero no creas,
No simula ser humilde
No es raulí ni castaño,
No,
Es aún más común, más simple,
Es álamo.
Sí, ser humilde y pequeño
No es lo mismo,
Que sobrio y recatado,
Como no es lo mismo
Ser generoso con el más pobre de África
Clikeando en internet _qué higiénico, que apropiado_
A la distancia
Sin los inconvenientes
Del olor de la pobreza
De los abrazos pegajosos
Ni de besos moquillentos
De los niños pobres de nuestra patria,
De nuestra ciudad,
De nuestras calles.

Pero no es de esto
De lo que quería hablarte
Ya vez
En estos días me desconcentro
Por mi mal humor
¿Por qué te preguntarás?
Porque se han olvidado del regalo que les hice…

Con un camino rural
Con sus verdes bucólicos
Te llamo a mi mesa…
La senda está dibujada
Con luciérnagas ancestrales
Del Alto Biobío
Y un rocío al alba te espera,
Pero sin fríos y tú,
Tú no vienes y
en esta mesa ya están
Las manos tiernas y puras de los que_ según tú_ has perdido
Padres, hermanos, madres, sobrinos….

En mi mesa
de álamo
de pino,
hay puestos ya ocupados:
el que no te agrada,
el que te es indiferente,
el que no soportas, ni su mirada,
el que miente,
el que roba,
el bueno para nada,
el que siempre se siente culpable,
el que es florerito de mesa,
el picao e la araña,
el cara e palo,
el que jura que los demás le creen santo,
el que no da punta sin hilo,
el que no debe nada a nadie, ni a Dios,
el que habla y vomita sólo envidia y cizaña,
el que se cree con derecho de ofender “porque es muy sincero”
el que no me necesita
y en un rato de lucidez…
y humildad:
SE ARRE PIN TIO
SE ARRE PIN TIO
De herir a su hermano
Y vive,
Vive esforzándose por saludar a pesar de los enojos,
El que pide disculpas sin ser culpable,
O el que de frente reconoce las virtudes del más errático.
En fin,
El que ama
Y de tanto amar
Se equivoca,
Pero vuelve a confiar,
Y vuelve a amar,
como yo te amo cada día
cada instante aunque a mi mesa humilde no vengas todavía.

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