domingo, 15 de abril de 2012

La Pobreza.

Hablar de pobreza es, por definición referirse a la carencia de lo necesario para poder sustentarse, es decir, la pobreza está totalmente ligada al concepto de necesidad. Las necesidades del ser humano corresponden a todas aquellas cosas vitales para que el ser humano pueda subsistir.
Sin embargo, La Pobreza es uno de los mayores sufrimientos del ser humano, ya que no sólo se constituye por un falta de dinero y un problema ético, sino también social y político.
Si bien la palabra Pobreza es de difícil definición nos referimos comúnmente a ella como, quienes perciben ingresos o registran consumos inferiores a un nivel considerado crítico. Esta está totalmente relacionada al no tener dinero, lo cual consecuentemente nos lleva a no tener una buena salud, no contar con buenas condiciones de vida, no contar con una buena educación, no tener los recursos básicos para que una familia pueda surgir hoy en día, entre otros.
El costo de la vida ha ido aumentado cada vez más, y junto con ello la pobreza. Creo personalmente que hemos llegado como sociedad a un punto en el que todo se compra con el dinero, si bien dicen que la felicidad es lo único que no compra el dinero, desde mi punto de vista es una equivocación ya que por ejemplo, cuando un hijo quiere un juego que le guste y convence al padre para que lo compre, el padre lo hace para que el hijo se sienta bien, se sienta contento. Como podemos ver, todo depende única y exclusivamente del dinero, por lo que sin el dinero el hombre hoy en día no es nada.
Sin embargo, existen distintos tipos de pobreza, está también la espiritual y la moral. Como es posible que hoy en día, con una sociedad y una tecnología tan desarrollada, no se puedo aun acabar con este tema que ha venido desde siempre. Hoy en día el hombre esta pobre de espíritu, la falta de fe, aumenta cada vez más, la concia social y moral, la conciencia por valorar cada una de las cosas que la vida nos entrega, la conciencia por el preocuparnos de unos mismo y no del resto, la falta de conciencia al ver como sufre el prójimo, como vemos día a día gente como nosotros, común y corriente pero en la calle, muchas veces algunos mal olientes, otros tirados en el piso, pidiéndonos una, sólo UNA moneda, cada uno con una historia detrás, y es precisamente en ese momento, cuando pasas por su lado lo miras y te imaginas la imagen de Cristo, Cristo que te habla y pide tu ayuda, es cuando te pones a pensar ¿valdrá realmente la pena?, ¿de verdad lo necesitará?, ¿Lo ocupará en lo que realmente pienso?, o ¿sólo es para tomar o comprarse un cigarrillo?.
Hace un tiempo conocí a Poncio, el era un hombre, no tenía un apariencia tan mala, se veía si bien un poco viejo, pero tenía unos ojos del color del mar que no podía dejar de contemplar, vestía bien para que estuviera pidiendo plata así que lo deje pasar, pero una cuadra mas allá no podía parar de pensar en si realmente lo necesitaba, le pedí a Dios que me iluminará y volví. Dios, nos pone en nuestro camino a gente hermosa, gente valiosa, que muchas veces necesita más una conversación que una moneda. Y en cierta parte tenía razón, el vestía bien, porque tenía un hogar, una familia compuesta por su hija y su nieta. El no necesitaba plata para alimentarse, ni para tener salud, sino que era para ayudar a su hija, que trabajaba y los mantenía al mismo tiempo, el en las tardes se ponía en la calle a pedir plata para ayudarla con los gastos del agua y la luz. Si bien el no le había podido dar una educación en una universidad, ella había podido salir adelante y ahora es inspectora de una escuela municipal.
Pero, ¿Todas las historias serán así?, ¿Qué será de sus familias?, no siempre se debe pensar mal acerca de los pobres, cada uno de ellos tiene una historia, y por más pequeña que sea, es válida. Según la Madre Teresa de Calcuta, la pobreza es lo más bello que hay, también dijo: “la pobreza nunca terminará y queremos que los pobres vean la pobreza correctamente, aceptarla y tener fe que el Señor proveerá”. La Madre Teresa nunca habló sobre la justicia, no organizó a los pobres para luchar por sus derechos o reclamar una vida mejor para sí mismos o para sus hijos, los guío, les enseñó, los sanó, le entrego valores y los cuidó. El pobre para la Madre Teresa es Cristo vestido de mendigo. Comparto muchas de estos pensamientos de la Madre Teresa, creo muchas veces los pobres no necesitan nuestra lástima, ni pensar, necesitan nuestro amor y comprensión, no existe mayor pobreza que la soledad.
Muchos de estos fieles seguidores de Cristo, quienes optaron por la pobreza como lo fue San Francisco de Asís quien se despoja de todos sus bienes, han querido seguir a Cristo de esta manera, si bien creo que ellos siempre tuvieron en mente que la pobreza nunca terminará, pero no por eso no van a colaborar con ella.
Javiera Espinoza

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